lunes, 30 de marzo de 2015


Como viene siendo habitual en la Región de Murcia, a lo largo de su historia más reciente, se han formado pequeñas rivalidades entre los pueblos vecinos del territorio. Destacado es el conocido enfrentamiento entre la portuaria Cartagena y la ciudad de Murcia, llegando incluso algunos a comparar las reivindicaciones de los Cartageneros y Cartageneras, con el conflicto de la independencia catalana.

Pila bautismal de Bullas
Pues bien, en este caso expondremos uno de estos “conflictos” entre pueblos de nuestra región. Es el caso de Cehegin y Bullas. Ambos lugares pertenecieron durante gran parte de la Edad Media y Edad Moderna a la Orden de Santiago, de ahí que podamos ver simbología de dicha orden, por ejemplo, en la pila bautismal de Bullas. Famoso es, en el noroeste murciano, el conflicto que mantuvieron dichos pueblos por la pila bautismal, que según los habitantes de Cehegin, fue robaba por los Bullenses; por lo que un grupo de Cehegineros trataron de robarla de nuevo, de ahí que, actualmente la pila esté custodiada y protegida por un enrejado de madera, en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Bullas.

Aunque los hechos no fueron así, ya que tal y como podemos ver en las fuentes documentales, existe un documento de Felipe IV dirigido al alcalde de Caravaca de la Cruz pidiéndole que exija al alcalde de Cehegin que devuelva la famosa pila al entonces cortijo de Bullas. Como podemos ver en el Libro de Privilegios de la Villa de Bullas (1689-1699), en el año 1675, el cortijo de Bullas consiguió despacho por el Consejo de las Órdenes para tener Pila Bautismal y sacramentos, obligando al cura de Cehegin a nombrar un teniente de cura para dicho cortijo. Es quizás en este momento cuando los habitantes de Bullas encargan una pila en Cehegin, y en dicho pueblo, maravillados por el resultado, se niegan a entregar la pila encargada.

Sin embargo, la enemistad de ambos pueblos no terminaría aquí, ya que a finales de este siglo XVII, los vecinos del lugar de Bullas acuden al Consejo de la Cámara del rey para pedir que se ponga solución a los continuos agravios que los habitantes de Cehegin producen a los del dicho lugar. Por todo esto el rey Carlos II concede el Real Privilegio, y el cortijo de Bullas pasa a ser la Villa de Bullas, independiente de la vecina Cehegin, el 19 de Diciembre de 1689.

Los motivos por los cuales el rey concedió este privilegio fueron los testimonios de los continuos ataques hacia los Bullenses. Estos se registran en el documento de los Reales Privilegios de Bullas y se componen principalmente de desigualdades en la repartición de las reales cargas y demás impuestos; aumento de precios tanto en el comercio, como en lo trámites administrativos que los habitantes de Bullas tenían que hacer en Cehegin, ya que en Bullas no existían aparatos administrativos; y por último, destaca la impunidad de la justicia a la hora de condenar los delitos que los habitantes de Cehegin llevaban a cabo contra los de Bullas. En la fuente trabajada encontramos, como los habitantes de Bullas acusan de falta de justicia en la muerte de tres de sus habitantes en el transcurso de dos meses, en el año 1684, ya que el teniente que tienen puesto los alcaldes de Cehegin en el cortijo de Bullas, solo actúa si descubre el delito en el momento de producirse.



Libro de Privilegios de la Villa de Bullas (1689-1699)





Por todo lo visto, en 1689, Bullas consigue su condición de Villa, acabando así con la dependencia y los conflictos entre ambos lugares. No ocurre lo mismo con la rivalidad entre los pueblos, que sigue vigente en la actualidad al grito de descalificativos como “cebollas” de los Cehegineros a los Bullenses, o la respuesta de “Culiverdes” como apodo gracioso a los habitantes de Cehegin. Otras rivalidades surgirán o se desarrollarán entre pueblos a los largo de estos siglos, pero esas son otras historias, que puede, pronto podáis descubrir aquí.

Escrito por Alfonso José Sánchez Martínez

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